Índice
1. La base declarativa de la educación en la Ley de Enseñanza Primaria de 18 de julio de 1945
1.1. Proclamación del Nacionalcatolicismo como identidad del pueblo español
Los siguientes textos están extraídos de dos fuentes. Los tres primeros, del preámbulo de la propia Ley de Enseñanza Primaria; los siguientes cinco son citas introducidas en el libro «Modernismo, Republicanismo y Democracia, una historia de la educación en España (1898-2008)»1.
Texto
«España no puede afrontar así una transformación que significa para el mañana después de la última victoria contra el materialismo ateo la superación de su historia».
Base ideológica, alegato
- Con la expresión «así», se refiere a la obra educativa de la II República.
- Para el nacionalcatolicismo, esta herencia supone un obstáculo para superar el estado de la cuestión educativa española desde 1931.
- Establece como base de la medida a tomar la última victoria contra el materialismo ateo.
- Fija un objetivo, «la superación de la historia», es decir, la autenticidad y lo español que perdió en los años de la República. A esta empresa estamos llamados todos, la nación española.
Objeción
- Todo el alegato justifica la instauración del nacional-catolicismo, previa suplantación del laicismo, como «modelo de la educación» que necesita la nación española.
- La educación no se puede fundamentar en el binomio «victoria/derrota» o «vencido/vencedor». La educación es una dedicación a la liberación de la persona desde su condición personal (ideológica, político y religiosa), nacionalidad, cultura, clase social…
- Desde los años treinta, la educación europea supera la educación basada en supuestos ajenos a la acción pedagógica. La nueva pedagogía se universalizó y superó los principios basados en iniciativas de grandes ejemplaridades en su labor de atención a la niñez. Los sistemas educativos universalizaron la educación en Europa por primera vez.
- La Ley de Enseñanza Primaria supuso una cerrazón a las corrientes que regían los sistemas educativos en gran parte de Europa y en el mundo. Desde 1945 a 1978, los nuevos programas renovados supusieron un pequeño avance en ese largo recorrido.
1.2. Tarea nacional ineludible
Texto
«El movimiento nacional consagró su voluntad a restaurar la formación religiosa de la juventud».
Base ideológica, alegato
- Justifica la situación creada por lo sublevados en el periodo 1936-1939.
- La medida de rebelión de dos instituciones básicas (Iglesia-Estado) fue una necesidad imperiosa para la salvaguarda de valores religiosos. Este afán se llevaría a cabo a través de la acción de la escuela, y así se aseguraría la formación unificada de todo español dentro de las «buenas costumbres». Constituían un principio que todos nos dimos. Era una empresa conjunta de todos los españoles.
Objeción
- «La formación religiosa» cae fuera del ámbito de la educación escolar, pertenece al ámbito de lo personal. El estado respetará la creencia, el culto, las prácticas religiosas. No obligará a la práctica de culto alguno.
- La familia fomenta la religión como contenido propio de esta institución educativa.
- Al estado, a la escuela, solo les cabe respetar estas decisiones y propiciar este respeto entre las personas.
- Uno de los contenidos de la educación familiar es el sentimiento religioso. Lo inculca a los hijos a través de su forma de vida singular, utilizando el ejemplo y la naturalidad como medios exclusivos de la educación en este ámbito. A este respecto, al estado y a la escuela les será obligado respetar la intimidad de esas formas de vida que el educando lleva a la escuela. El educando no puede ser, en su caso, correa de transmisión de las ideologías distintas que ostentan las instituciones básicas de su educación.
- El posible conflicto entre estas instituciones básicas provoca inestabilidad emocional en el menor.
1.3. Función de la escuela en el nuevo estado
Texto
«Se determinó la misión de la escuela para unificar la conciencia de los españoles en el servicio a la patria.»
Base ideológica, alegato
- Constituyó desde un principio una medida de gobierno «la formación en lo patrio». Se reservó principalmente para la acción de la escuela desde el principio de la institución del régimen de partido único. Se orientó hacia un adoctrinamiento que ensalzaba lo patriótico dentro del pensamiento único. Se entendió la escuela como el mejor medio del espíritu nacional de la juventud. Desde un principio, el Ministerio de Educación Nacional se preocupó de formar a la docencia de enseñanza primaria en estas cuestiones a través de cursillos que pretendían «saturar su espíritu religioso y patriótico que informa nuestra cruzada».
- La medida estaba dentro de la depuración del profesorado de primaria. Los cursillos se celebraban en régimen de internado y fueron de carácter obligatorio.
- La funcionalidad de la medida se materializó hasta 1970 en la acción de la escuela. Se iniciaban las sesiones con el desarrollo diario de la «máxima» por la mañana y de la «consigna» por la tarde. Ambas constituían la exaltación de lo católico y lo patrio.
Objeción
- La educación escolar de esa época pretendió hacer transversal la tarea diaria con estas medidas de adoctrinamiento impuestas y controladas por las instituciones que sirvieron al nuevo régimen para fundamentar la base «pedagógica» de la educación del sistema nacionalcatólico.
- Fue claro su objetivo: librar a España de una educación para el ciudadano, implantando una ideología de exaltación de «lo nuestro» como identidad desprovista de los valores universales que durante la República nos hicieron pertenecer al europeismo. Esto se materializó con el «exilio exterior» de grandes profesionales de la educación (Lorenzo Luzuriaga, José Peinado, Hernández Ruiz…), así como de aquellos que fueron víctima del «exilio interior». El exilio de unos y otros nos alejó de la nueva pedagogía, que fue remplazada por ilustres autores españoles de esas épocas en las que la pedagogía era una dedicación del pensamiento, o «innovadores» de la escuela de otros tiempos. Así, resultó excelente la labor de aquellos como Víctor García Hoz y su escuela. Todos ellos cultivaron la ciencia pedagógica en España con gran dignidad. Ellos fueron solicitados siempre por algunos responsables de la política de aquella época de posguerra. Dieron lo mejor de sí, respetando la nueva pedagogía llegada de Europa. Ellos fueron el vergel en el desierto, y rigieron la escuela española dentro de la desmembración provocada en ella por el nacionalcatolicimo.
Consideramos que, fruto de su esfuerzo y dignidad, fue la posterior Ley General de Educación de 1970.
2. La base declarativa de la educación en alocuciones públicas de Sainz Rodríguez, Ministro de Educación, 1938-19392
2.1. El educando, todo ser humano3
Texto
«Todo hombre tiene dormida en el fondo de su espíritu aquella chispa de divinidad que puso Dios en la conciencia humana».
Base ideológica, alegato
- La posibilidad de educación en el hombre.
- Lo educable en el hombre es de procedencia divina; algo dado, algo puesto; «lo depositado».
- La educación consiste en ejercitar «lo dado» por Dios para ser desarrollado.
- El principio de la educación está en Dios.
La objeción
- El ser humano cuenta con «espiritualidad». Esta la adquiere y la desarrolla el ser humano como ser en continuo cambio de sus capacidades, y puede ser que dentro de una dirección (orientación), que también es susceptible de cambio continuo a lo largo de la vida; en este contexto de dinámica personal todo ser humano va construyendo su propia historia y, así, se presenta a los demás a través de una conducta y forma de ser y estar en el mundo (se socializa). El proceso de socialización interviene en el juicio moral que los demás hacen de la persona (imagen personal). Es el resultado de la modalidad de adaptación a las normas socioculturales del medio en que desarrolla su vida. El espíritu de cada ser humano aflora en la genialidad proyectada en su vida, que es su obra genuinamente personal.
2.2. En qué consiste la educación
Texto
«…en hacer que esa chispa dormida se convierta en hoguera y alumbre nuestra vida y rija su moral y su conducta».
Base ideológica, alegato
- Se entiende la educación como una acción externa, dirigista, que obliga, que somete.
- Se trata de un proceso («la chispa dormida se convierte en hoguera») cifrado en la adecuación del educando a la sociedad adulta y a la vida social que le legamos para que su adaptación plena asegure su «moral y su conducta». El puero está educado cuando tiene conducta y moral propias del adulto. El niño es un adulto en miniatura.
- Así entendida la educación, esta respondería al modelo estado inicial – estado final. Al principio todo es malo; la acción educativa hará que se moralice (el hombre de provecho, útil) e integre en la vida social (persona civilizada).
- La tarea de la educación se limita a las edades escolares. El escolar será sujeto del cambio apuntado. La acción escolar se reducirá a su control, dentro del modelo preestablecido (modelado) y regido por la disciplina impuesta desde fuera, que solo controla bajo la dicotomía premio/castigo.
Objeción
- No se pone el acento de la tarea educadora en la capacidad de cada educando (singularidad); tampoco hace referencia a la importancia en la educación de las medidas empleadas (validez); hay un intento de homogeneizar la educación, que explica la exigencia no discriminada, para todos los educandos, latiendo en el fondo la sumisión, porque no todos pueden responder igual a la exigencia común.
- En este modelo, la responsabilidad de éxito-fracaso recae sobre el educando, en cuanto su conducta depende de su esfuerzo. La sociedad entiende como único factor en la educatividad el esfuerzo de cada persona en la consecución de la meta homogeneizada. El esfuerzo remplazará a la capacidad. Así pues, en este modelo educativo la educación depende exclusivamente de la aptitud. Al sujeto se le exige mayor esfuerzo si su actitud es menor.
- No se contempla la importancia del camino (el método) que lleva al final. En educación, todo final es el resultado de la modalidad de la acción en los procesos diversos llevados a cabo en la continuidad de la tarea.
- La educación es un proceso que se realiza a lo largo de la vida en cada persona, que siempre tiene que estar abierta a su proceso educativo, porque siempre es objeto de mejora; en las distintas etapas, su educatividad se manifiesta en distintas modalidades. Así pues, la capacidad de mejora es un proceso en el que se van superando estados. Esta situación explica la moralidad de todo ser humano a través de hacer, comunicarse a los demás, concebir el mundo y la historia, participar en la vida de la comunidad… En cada momento de la vida, cada persona nos da ejemplo. Es portadora de educación a las demás, a la vez que se enriquece en la diversidad de sus conciudadanos.
2.3. Negación de la plenitud en el menor
Texto
«…(el niño) es un ser en el que predomina la naturaleza de la bestia humana…»
Base ideológica, alegato
- Entiende la niñez como estadio previo al hombre.
- En el ser humano existen dos naturalezas, hombre-bestia; en la niñez predomina la segunda, que hace referencia a la incultura.
- Considera al niño dentro de la idea del adulto en miniatura.
- Es el predominio de la bestia el factor diferenciador entre la niñez y la vida adulta. De esta manera acredita para la infancia el mayor grado de «bestialidad».
- Las cotas de «bestia» son susceptibles de cambios a medida que el menor se aproxima al adulto y va adquiriendo cultura.
- La naturaleza de la «bestia humana» se nos presenta como un estado permanente en el hombre, que no llega a desaparecer, y en la niñez tiene su máxima expresión.
- La frase es una objeción redundante sobre la libertad en el hombre que Rousseau mantiene en el «Emilio».
- No reconoce la humanidad plena durante la infancia del ser humano.
Objeción
- Entiende la niñez como un estadio previo al hombre libre, cuando sabemos que el niño es libre desde la infancia y lo manifiesta en las sucesivas manifestaciones a lo largo de esta larga etapa.
- La «bestia humana» es una forma retórica de quien suscribe la frase, que induce a crear una imagen distorsionada de la infancia como realidad con identidad propia y manifestaciones alejadas del mundo del adulto.
- En las etapas de la niñez tienen lugar acontecimientos y procesos necesarios para alcanzar la plenitud. Muchos de estos acontecimientos exigen guía, acompañamiento, tutorización, mediación del adulto. Algunas de estas acciones entran en conflicto con el mundo de los mayores y el mundo social.
- La acción educativa mediará y ayudará al menor a resolver estas situaciones.
- Estos procesos educativos conducen a su libertad, lo hacen autónomo y lo emancipan.
- Interviene adecuadamente en estas situaciones que, por otra parte, se dan habitualmente, moraliza al niño.
- En estos procesos la libertad está en juego por su afán de explicarse todo el acontecer, conquistar el mundo que le rodea. En el fondo, es una búsqueda hacia la libertad.
- Las situaciones de intervención educativa provocan conflicto con ese mundo que le exige, cuando antes le acogía. Ahora tiene que responder, cuando antes todos (el mundo) estaba pendiente de sus necesidades.
2.4. El menor, sujeto pasivo de la educación
Texto
«…si no viene la educación a poner la semilla de espiritualidad y de humanidad en su alma».
Base ideológica, alegato
- Necesidad de la educación como proceso ad extra, de fuera adentro («viene la educación a poner»).
- La educación es el agente único del proceso de que actúa sobre el niño. Este es tomado como realidad inerte en este proceso.
- La educación consiste en «poner» la causa que hace posible este proceso en el hombre.
- A la educación como proceso se le atribuyen efectos redentores.
- La espiritualidad y la humanidad constituyen los cambios que pretende la educación como objetivo único, la cual actúa desde fuera y en la pasividad del educando. Este tiene categoría de «objeto» que recibe la acción educativa, pero de él no depende el éxito o fracaso. La educación es la responsable.
Objeción
- No es oportuna la utilización de alegorías cuando se trata de la especie humana. La educación cuenta con terminología propia para explicar los hechos educativo. La utilización de un lenguaje literario puede llevar a un reduccionismo en el proceso de abstracción.
- Todos los procesos mentales son de adentro afuera, ad intra.
- Nadie pone nada en un lugar de otro (el alma).
- La educación es un proceso que precisa madurez de los órganos que rigen la esfera intelectual y emocional del cerebro.
- En la maduración interviene siempre la ayuda de un semejante, bajo una diversidad y multitud de manifestaciones (la cultura).
- Se trata de influencias externas (ayuda pedagógica) que atienden la necesidad de la persona inmadura (educación).
- El proceso educativo forma parte de un proceso más amplio (la cultura social). Así, toda la humanidad participa en el proceso de humanización de la persona. A este respecto, el inmaduro, el asocial, el iletrado, el anormal (terminología de la época), el necesitado, el rebelde… son también educandos. Su libertad, su autonomía, su voluntad, su opinión personal serán los límites de la acción externa en su proceso educativo.
3. La formación del Espíritu Nacional en la Ley de Enseñanza Primaria
3.1. Introducción
A partir de la cita sobre la publicación del texto de la Ley en el BOE de 18 de julio de 1945, se ha realizado un análisis de su contenido. Cada parte del texto entresacado pretende ofrecer los contenidos axiológicos del enunciado que en este trabajo se presentan en distintos apartados. Su concreción facilitará la comprensión dentro de la unidad de contenido.
El texto se ordena a partir de «el Movimiento Nacional», en diferentes apartados. El contenido gira alrededor de la «Formación en el sentimiento patrio desde edades tempranas, y a la Escuela se le recomienda responsabilizarse de esta “patriótica misión”».
Así, la educación en la época de la autarquía tuvo rasgos de fundamentalismo, que desarrolla a través de la instrucción y formación. Esta primera parte se refiere a lo formativo (el mundo de valores del Movimiento Nacional). Las concreciones del modelo correrán a cargo de la escuela. Toda materia escolar contendrá elementos de exaltación a lo patrio.
Cita textual de la Ley
«El Movimiento Nacional, desde el instante mismo en que se inició (…) se determinó la misión de la Escuela para unificar la conciencia de los españoles en el servicio a la Patria».
3.2. Análisis. Parte declarativa
El Movimiento Nacional…
a. El modelo ideológico
Hace referencia a la instauración del nuevo régimen, basado en su victoria sobre el legítimo régimen republicano. Esta victoria constituye el hecho que fundamenta la conceptualización de la Nación Española. El Movimiento Nacional constituiría la seña de identidad de la «Hispania» romana, que se subrayará en la España Imperial.
b. Concreción del modelo
En todos los niveles de la enseñanza se implantó la materia de «Formación del Espíritu Nacional» para garantizar el nuevo modelo del nacionalcatolicismo.
c. Consecuencia
Un régimen totalitario desprovisto de ideas políticas (entendidas como medio de adquisición o aproximación e iniciación en la res publica, dentro de la concepción de la cultura clásica). La Formación del Espíritu Nacional remplazó a la Política como disciplina y actividad que forma para convivencia.
…desde el instante mismo en que se inició (…)
a. Temporalidad
El modelo del nuevo estado surgido del alzamiento se presenta como garantía de la identidad del Pueblo Español dentro del estilo de la época.
No acoge, ni contempla, a nadie fuera de este modelo impuesto. Se presenta como única identidad de la sociedad española, sin alternativas, y supuso un modelo estanco en el tiempo durante la mayor parte del periodo de la dictadura, sin posibilidad de cambios. Fue, pues, algo que apareció de improviso con voluntad de permanencia, y que pretendió abarcar a la totalidad de la población.
… se determinó la misión de la Escuela…
a. La Escuela como legado
La Escuela será la institución básica del nuevo estado en la formación de la infancia en el sentimiento de lo patrio. Por ello, el Ministerio impondrá la materia «Formación del Espíritu Nacional» como obligatoria.
En su estructura, formato y objetivos escolares, en los «Libros de lecciones» las lecturas eran adaptaciones sobre la ideología, dentro de un lenguaje de victoria que ensalzaba el hecho a conmemorar. Completaba el texto la correspondiente ilustración cargada de simbolismo patriótico. El mensaje del texto pretenderá el ensimismamiento del lector, la adhesión a la causa referida en la lección. Didácticamente, la ilustración llevaba al texto, y la lectura llevaría a identificar lo simbólico en la representación.
…para unificar la conciencia de los españoles…
a. El objetivo de la enseñanza primaria
La Ley de Enseñanza Primaria responde plenamente al estado de la «Nación Española» surgido del alzamiento nacional. En la cita se recoge la existencia de facciones en la población española. A este respecto, nuestro barrio Delicias constituyó un ejemplo de población políticamente dividida. Según aportaciones de personas que vivieron una situación prebélica de convivencia, regida por la diversidad en la adscripción a distintos partidos, se pasó (en el mejor de los casos) a una situación de recelo, dicotómica en la adhesión al modelo del Movimiento Nacional. Toda la vida pública desapareció, y con ella el respeto intervecinal.
La Escuela Pública fue la única vía de escolaridad para el vecindario. A ella asistían vecinos «nacionales» que no habían optado por los centros religiosos, situados fuera del barrio, junto a los hijos de las familias que no se adherían ideológicamente al nuevo régimen.
La unificación constituyó un objetivo a conseguir, que se contempló como un reto desde el nuevo estado.
Las medidas tomadas al respecto por los gobiernos de la autarquía tuvieron siempre presente esa unificación de las conciencias, pero resultó un imposible. La Formación del Espíritu Nacional resultó una imposición del régimen que, lejos de su propósito, con el tiempo llegó a caer en la indiferencia de todos los implicados, a pesar del celo puesto por las autoridades y organismo del régimen.
…en el servicio a la Patria.
a. Lo patrio, seña suprema de ciudadanía en la nación española
La patria fue una constante en el modelo político del nuevo régimen. Su ensalzamiento constituyó una necesidad sentida, y su objetivo fue prioritario en su política general de estado.
Consideró que, como seña de identidad, requería una acción de adoctrinamiento por el que el estado necesitaba implantar un sentimiento (valor patrio) para que todo español lo sintiera como propio e ineludible.
A este respecto, lo patrio sería la «semilla que todo español tiene en el fondo de su alma…».
Por tanto, cabe preocuparse de la mejor acción posible para que todo español lo aprecie como una necesidad.
3.3. En el cuadro de materias de la escuela primaria. Primera concreción
3.3.1. Generalidades
Como tal, fue una imposición de la autarquía. Resultaba difícil considerarla como materia cultural. No se supo nunca qué pudo aportar a la «honda cultura» (bastión del Ministerio de Educación Nacional), no parece interesarse por la «política» como materia de estudio necesaria para comprender la vida pública. El vocablo «político» se desterró en todos los ámbitos del desarrollo de la vecindad (preferible a ciudadanía). Tuvo a bien fundamentarlo en la doctrina de Falange. El Ministerio Nacional del Movimiento, de nueva creación, con la finalidad de reafirmar el Movimiento Nacional y el Régimen autoritario (Falange) fue el organismo encargado de planificar la enseñanza de esta materia en todos sus niveles, principalmente en la enseñanza primaria y en la media. Resultó notoria la exigencia, principalmente en la escuela primaria. A este nivel se consideró que la docencia tenía formación específica y revalidad a lo largo de su formación inicial y oposiciones al cuerpo. Por eso, el personal de la Falange se reservó para este nivel la supervisión de la actividad escolar en esta «materia». El nivel de exigencia fue perdiendo fuerza a lo largo de los años. En los comienzos del nacionalcatolicismo, resultó intransigente en el cumplimiento de la normativa.
3.3.2. «La Lección» en la formación del Espíritu Nacional
Este diseño de implantación se inculcó en la enseñanza primaria con la creación arbitraria de la materia Formación del Espíritu Nacional. En esta ocasión, la Delegación Nacional del Frente de Juventudes (DNFJ) facilitó o aprobó textos de editoriales que desarrollaban cuestiones sobre la formación político-social. El epígrafe, contenido e ilustraciones habían de ser aprobada por la DNFJ. Así, esta disciplina fue materia escolar reglada, en igualdad de condiciones que las materias de cultura. Fue una concreción de la arbitrariedad.
Las publicaciones de la nueva materia escolar se distanciaron del modelo del resto (consúltese infra el epígrafe sobre la Enciclopedia Álvarez). Optó por ofrecer auténticas «Lecciones» según los criterios ya tratados. También el sexismo fue nota de diferenciación: la «Formación Político-Social» estaba destinada solo a niños. Las escolares tratarían la materia bajo el epígrafe «Formación Familiar y Social», ambas desarrollos correspondían a la Formación del Espíritu Nacional. Sin lugar a dudas, ambas creaciones respondían únicamente a la línea continuista del Ministerio, que secundó la Ley Moyano (Antiguo Régimen). Ambos casos responden a la exaltación del régimen implantado. Resultan una distribución de la temática propia de Falange, según el sexo. En ambos casos se pretendió el adoctrinamiento en la ideología única defendida desde el poder.
Cada lectura desarrolla una auténtica lección de patriotismo. El programa de estos temas responde al reduccionismo. Esta nota explica la reiteración de la temática a lo largo de la escolaridad. Por tanto, se prestaba a un aprendizaje rutinario. Pretendía el fanatismo propio del partido único de los sistemas totalitarios. Bajo el lenguaje propio de los vencedores, exaltaban sus gestas y negaban la existencia de los vencidos.
Se consideró que en tal diseño era primordial la acción de la docencia. Por eso, el organismo de Falange se esforzó en la elaboración de las lecciones. Todo texto explicativo hacía referencia a la ilustración que lo acompañaba; el alumno contaba con dos puntos de información que tenían la misma función: ensimismar y persuadir al lector.
3.4. Dentro de las materias de educación primaria. Segunda concreción
Se consideró que lo patrio podía constituir lo formativo que toda materia de instrucción iba a desarrollar, aunque no todas en la misma medida o forma. Para esta tarea, en la mayoría de los casos (a juzgar por las muestras) se optó por la dicotomía para el tratamiento y desarrollo de las cuestiones puestas en valor: la invasión-la defensa de la patria, la lealtad-la vileza, la valentía-la cobardía, lo homogéneo-la diversidad, la paz-la protesta, lo heróico-la mediocridad. Se trataba de ensalzar los valores patrios como señas de identidad del pueblo español. La Geografía, la Historia, la Gramática se prestaban a esta propuesta, así como la medida en el mapa de la distancia entre dos localidades para programar una hipotética excursión. La propuesta, considerada un centro de interés (práctica didáctica), daría ocasión para distintos tratamientos en lo histórico, lo geográfico, el clima, la vegetación… Igualmente, podía ser objeto de lectura-estudio la recogida de información de todo un mundo real que girara sobre el viaje por «Nuestra Patria». Podía presentarse para hacer concursos entre equipos. En casos extremos, cada concursante ostentaría el nombre de un famoso.
Las ilustraciones de las enciclopedias también se prestaban a la exaltación de lo patriótico, y en cualquier publicación nos encontramos ejemplos al respecto. En la mayoría de esos casos, toda ilustración viene acompañada de un texto corto e importante sobre el hecho patrio a resaltar.
A veces, lo patriótico aparece en el epígrafe «Ejercicios» de la «Lección»; una de las actividades puede ser a través de un modelo caligráfico a reproducir. El texto, en estos casos, encerraría una arenga patriótica bajo el formato de consigna sobre la «entrega a la patria»; por tanto, se trataba de encontrar en cualquier situación de aprendizaje alguna actividad que impregnara al alumno de la «entrega a la patria» como deber ineludible de todo español.
3.4.1. La respuesta de la docencia en la época del desarrollismo
Esta materia fue muy cuestionada, y la docencia la acometió entre la dedicación ocasional y el abandono total. Para la discencia nacida en las décadas de los 50 y 60, estos mensajes eran ininteligibles, significaban ocupar un tiempo que nada les decía.
Sin embargo, no faltaron entre la docencia fieles al Movimiento que llamaban a las puertas de Europa y que pretendieron presentar los contenidos de esta asignatura con una formulación enmarcada dentro del desarrollismo que permeó la dictadura en los años sesenta.
La Formación del Espíritu Nacional representó el escollo insalvable del cuadro de materias.
La perpetuidad de la Formación del Espíritu Nacional constituyó una fijación de la dictadura4, que no fue secundada ni por la sociedad ni por la docencia, a pesar de su persistencia en el régimen surgido del alzamiento.
3.5. Efemérides del Alzamiento Nacional. La «Lección Conmemorativa». Tercera concreción
Junto con las religiosas, las efemérides del Alzamiento Nacional, dentro de las «Lecciones Conmemorativas» del texto enciclopedico, respondieron al nacionalcatolicismo. Lo conmemorativo, referido a lo patrio, ensalzaba hechos, gestos, acontecimientos y personajes que el gobierno utilizaba como «vidas ejemplares» y señas de identidad de la victoria. Además de este ensalzamiento, la efemérides a celebrar siempre encontraban espacio en el texto enciclopédico para mencionar a los enemigos de la patria, de cuya lección todos debíamos aprender con el fin alejarnos de esos procederes.
El ritual conmemorativo para fechas señeras en la vida de todo buen español comenzaba con una fecha significativa de un calendario escolar elaborado por el Ministerio, en el que quedaban integradas conmemoraciones de lo patrio y de lo religioso. La agenda se abría el 14 de septiembre, Día de la Exaltación de la Cruz, y se cerraba con el Día del Papa, el 29 de junio.
De esta manera, la vida escolar quedó jalonada de contenido patrio-religioso y pretendía incidir o influir en la conciencia del niño bajo un adoctrinamiento autoritario en una sociedad (barrio Delicias) con familias víctimas de la guerra precedente y del Régimen surgido del Alzamiento. Por ello, estas «Lecciones Conmemorativas» resultaron un breviario (al igual que lo religioso) que se repetía cada año escolar, y cuya falta de renovación provocó la rutina, cuyo interés devino en un mero cumplimiento para hacer constar en el «Cuaderno de Rotación», falto de otro aliciente.
3.6. Manifestaciones de lo patrio desde la escuela. Cuarta concreción
3.6.1. Izar la bandera
Constituyó una práctica en la escuela, impuesta por la Administración. El izado en la escuela se realizaba al comienzo de la jornada. El centro escolar contaba con el recinto apropiado para esta manifestación de exaltación del patriotismo, que podía ser el pedestal al respecto o el balcón del edificio. La discencia, formada en hileras, ofrecía una imagen paramilitar. La docencia, en este acto, podía estar al frente de su grupo de alumnos; en otros casos, el profesorado acompañaba al Director presidiendo el acto de entrada. El izado lo llevaba a cabo el Director de la Escuela, junto a alguna persona de la agrupación escolar como prueba de confianza o reconocimiento. El ser elegido para este acto suponía un honor.
El silencio era una necesidad para la solemnidad del acto, y solo se rompía con el canto patriótico entonado por todos los asistentes. La unión de voces, el silencio sepulcral, las propias formaciones en hileras, la entonación del canto y su literalidad trasladaban al espectador a otro mundo (recuerdo del reclutamiento, elogio a la disciplina, la obediencia, el orden…).
No faltó tampoco estupor por la férrea disciplina impuesta con autoritarismo; la crítica velada a la obligatoriedad de la adhesión al Movimiento; el modo de influir en la persona desde la niñez, negando a los escolares otras formas de pensamiento; había quien lamentaba que la oralidad dificultase la capacidad de comprensión que lleva a la niñez a un adoctrinamiento intolerable.
El final del acto consistía en una aclamación a la nación y una adhesión a la persona de la jefatura del estado, repitiendo al unísono las consignas que lanzaba el director.
La actividad podía ser recogida en el Cuaderno de Rotación de la clase al efecto.
Esta práctica pudo ser diaria en el inicio de la puesta en práctica de la ley; durante mi adolescencia, a finales de los años cincuenta, pude ver (como vecino del barrio), cómo se celebraba en el patio de colegio Miguel de Cervantes. En tiempos de mi ejercicio docente en este centro (1967-1969), nunca se celebró.
3.6.2. La Consigna
La escenografía de la Consigna
Tuvo su tiempo y su lugar. Se reservaba un espacio de la pizarra para esta actividad primera de la tarde, cuyo enunciado se renovaba a diario; la máxima matutina y esta consigna de la tarde presidían la actividad diaria de la clase con sus mensajes desde las grafías de perfecto trazado, y constituían la muestra diaria caligráfica de quien ostentaba la «causa ejemplar», la docente.
Este cambio diario de decoración completaba siempre el espacio escénico del aula, cuyos elementos constitutivos lo formaban los símbolos más preciados del alzamiento: el crucifijo, que presidía todo; el retrato del dictador y los de aquellos que eran los mayores ejemplos de «caídos por Dios y por España» (José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, y Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla).
El enunciado de la Consigna
Era un ejemplo de concisión cargada de contenido. El trabajo de la enunciación consistía en la mejor interpretación de la misiva, envuelto de la retórica al uso. Esta habilidad requería la acción docente, por su formación y dominio del lenguaje.
Esta práctica se controlaba indirectamente a través del Cuaderno de Rotación, y sobre todo por la Dirección del centro, ya que respondía al «legado de la escuela» del alzamiento nacional.
La Consigna como advertencia para el comportamiento patrio
No tengo constancia de los textos escritos que la organización del Ministerio (Falange) facilitara para la actividad de la Consigna. Tan solo, en alguna actuación como normalista, se me encomendó desarrollar la simbología que encerraba el escudo del estado autocrático en 1964. Tampoco hubo ocasión en mi destino en el Miguel de Cervantes.
De cualquier manera, se trataba de desarrollar el mensaje patrio del enunciado, utilizando la lección como medio de transmisión del contenido de la materia para que constituyese un acto de formación de valores patrios.
La formulación de la Consigna se prestaba a la dicotomía sobre lo patrio en respuesta a lo planteado en la Ley de Enseñanza Primaria. Cabía tomar la «Lección» dentro de la acepción referente a los correcto en el comportamiento con la patria, excluyendo así a aquellos que tomaban otra opción distinta; presentaba el modelo de hombre digno de ser «Hijo de la Nación Española», y calificaba como «Enemigo» a quien no le prestaba la debida fidelidad; meritoria y ejemplarizante, alentaba a aquellos que sacrificaran su vida por España, y reprobaba a quien defendía proyectos de vida sociopolíticos dentro de un marco de libertades. En este sentido, la patria reconocería a unos, y estos estarían dispuestos al reconocimiento que la «Madre Patria» se merece como deber. Los excluidos daban «Lección» con su proceder de ingratitud; ellos eran los reprobados por la sociedad española; vivían con el estigma de pertenecer a las hordas enemigas de España.
La «Lección» era el aprendizaje vicario a tener siempre presente en nuestras obligaciones diarias desde el puesto que se nos ha encomendado. La recompensa sería la acogida como Hijos de la Patria. La exclusión supondría atenerse a las consecuencias por nuestro incumplimiento con el «Amor a la Madre Patria», nuestra «segunda madre».
La brevedad de la frase añadía contundencia al contenido. La altisonancia de la expresión escrita hacía que se presentase con vehemencia en la lectura inmediata. Los elementos estructurales y semánticos llegaban a crear una expectativa en la discencia, cuestionándose el planteamiento. La actuación presencial de la docencia desvelaba muchos de los posibles interrogantes previos.
Frente a la intención del Régimen, algunos docentes estaban concienciados de que tenían que realizar una adaptación lingüística para la comprensión de las frases, tanto en la expresión como en el mensaje, con el fin de atenuar lo más agresivo e hiriente que siempre contenía, en base a un respeto por la conciencia del menores.
3.7. El «Cuaderno de Rotación». Máxima concreción
Se trataba de un cuaderno que elaboraba el alumnado de manera rotativa, ocupándose cada día una persona. A partir de los rituales diarios, de las Lecciones, Consignas, Máximas… y de las reflexiones del docente al respecto, el alumno encargado debía generar un texto y un dibujo, quedando el resto del día exento de otras responsabilidades escolares hasta finalizar la tarea.
El «Cuaderno de Rotación» cumplía una triple funcionalidad. Por un lado, generaba una implicación del alumnado con los temas tratados, sobre todo con el «amor patrio»; en segundo lugar, el resultado era un libro de texto elaborado por el propio alumnado. Por último, servía de control a la labor docente, ya que este cuaderno era revisado por la Inspección, que podía así evaluar el grado de cumplimiento de las obligaciones de formación ideológica que el Régimen depositaba sobre los hombros de las maestras y los maestros.
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Notas al pie
1 «Modernismo, Republicanismo y Democracia, una historia de la educación en españa (1898-2008)». Manuel de Puelles Benitez, Ed. Tirant lo Blanch, 2009 (Valencia).
2 Primer Gobierno de Franco, donde a partir d e enero de 1938 desempeñó la cartera de Instrucción Pública, que pasó a denominarse Ministerio de Educación Nacional.
3 «Modernismo, Republicanismo y Democracia, una historia de la educación en españa (1898-2008)1», de Manuel de Puelles Benitez, Ed. Tirant lo Blanch, 2009 (Valencia).
4 En 1975, y empezando el desarrollo de la Ley General de Educación, esta materia figuró en el temario de oposiciones al Magisterio Nacional, y quien quisiera pertenecer al Cuerpo de Profesores de EGB tenía que jurar la los principios del Movimiento Nacional. Por otra parte, en los estudios de Magisterio correspondientes a esta ley, figuraba esta asignatura.